Ave María
Purísima.
Sin Pecado
concebida.
Padre, he
pecado de nuevo, lo sé, hablamos de ello la semana pasada, pero usted me
entiende Antonio, usted sabe lo que es este infierno. De verdad, Padre, que le
pedí al Superior que me mandase a un colegio de niñas. ¡Pues no! Él me conoce,
quiere hacerme sufrir, quiere que haga penitencia y por eso me rodea de niños
pre-adolescentes, con esos cuerpecitos aún suaves y a punto de explosionar
hacia la madurez.
Padre
Agustín... es usted un vicioso.
¡Lo sé!
Necesito despojarme de esta mente lasciva y esta mirada sucia... Padre Antonio,
ayúdeme. ¡Castígueme!
Padre
Agustín, súbase la toga. Le voy a dar unos azotes.
¡PLAS! ¡AY!
¡PLAS! ¡MÁS! ¡PLAS! ¡MÁS, MÁS! ¡PLAS! ¡OH DIOS, OH DIOS! ¡PLAS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario