"Y vivieron felices, y comieron
perdices"
Y: ¿y la historia terminó? No,
las historias no terminan sino con la muerte.
Vivieron: ¿vivieron? Vale,
pero siguieron viviendo; aún pueden sufrir.
Felices: ¿felices? Di más bien
aburridos, a la historia sólo le interesa el drama, el final es el comienzo del
aburrimiento; además, no existen finales felices tan sólo historias que se
dejan de contar a tiempo.
Y: ¿y si...? ¿Y si se dejan
de querer? ¿Y si el azar se vuelve caprichoso?
Comieron: ¿comieron? ¿Ah,
sí...? ¡Y a quién le importa!
Perdices: ¡Perdices! He ahí la
clave. Pobres pajarillos, tan bellos, tan inocentes, casi sueños. Pero reales,
la posibilidad real de volar por el mundo devorada por un cuento que cuenta un
cuándo que nunca existirá.
Espejito, espejito. ¿Quién es
la más perra?
Ante la duda capciosa de un destino incierto pero abyecto que no cunda el capricho peregrino de una prontitud banal. Que de la modernidad los cerdos saben porque son jauría de publicidad excesiva,
ResponderEliminarY si no convence la dicha que se dice estoica o graciosa, no sea ocioso decir aquello que decía el prusiano trágico de alocadas genialidades...
Que todos los griegos son homeros y todos los homeros sueñan
comeme el rabo
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